¡Hola
mundo! ^w^
¿Qué
tal les va? Un lío tremendo sin duda con lo de la S.O.P.A -.-U
Pero
también necesitamos tener cosas buenas, así que yo me animé a escribir un final
alternativo para el proyecto Hilo Rojo del Destino, organizado en el Club de
las Escritoras, a cargo de Dulce. Òwó
¿Qué
puedo decir del proyecto? Se crearon unas bases para unos personajes, después
cada socia fue aportando una continuación, se entretejió y después de un tiempecito…
¡Se ha llegado al final! Y pues heme aquí para participar con el final
alternativo de esta historia. *-*
Puedo
decir, que anteriormente ya había participado en este proyecto, cooperando en
el capítulo 3 xD
¡Pero
mucho Bla, blah, blah y poca acción! La historia completa está aquí:
Y
señoras y señores… ¡Mi final alternativo de esta maravillosa historia! ¡Gracias
*-*!
Párrafo
anterior de Gisela:
—¡Mamá,
no!
Corrí
hacia el almacén, pero nada me preparó para ver lo que se desarrollaba ahí
adentro. Roberto estaba parado, paralizado en el medio de la estancia,
horrorizado, a unos metros una mujer alta y esbelta, se apuntaba a ella misma
con un arma en la cabeza.
—No
puedo permitir que me encierren otra vez, lo prefiero así —dijo.
—¡No!
—tres gritos sonaron a la vez, pero fueron amortiguados por la detonación del
arma.
Final
Alternativo
Por:
PukitChan
En
el momento en el que cerré mis ojos, sólo escuché el sonido de la bala dando de
lleno con algo qué no pude precisar qué era. Mis oídos estaban aturdidos por
que el sonido del disparo fue demasiado cerca de mí. Las manos me temblaban
fuertemente y el agitado palpitar de mi corazón me hizo abrir la boca para
tomar una gran bocanada de aire.
Había
actuado por impulso: corrí rápidamente hacia la madre de Roberto, ya que éste
estaba paralizado. Cuando la detonación se dio, empujé la mano de la mujer para
que la bala se desviara hacia el techo. Aunque mi vida había estado en peligro,
supe que era algo que tenía que hacer; Roberto no estaba en condiciones para
perder también a su madre.
Escuché
unos sollozos agudos y desgarrados, para luego percibir cómo una gota tibia se
deslizaba por mi mejilla. Alcé la mirada, notando que ella estaba llorando, sin
cubrirse, sin reprimirse. El arma cayó al suelo, en un ruido que no pareció
hacer efecto en nadie, luego de todo lo que había ocurrido.
―Tú…
―musitó entrecortada―, ¿por qué me detienes…?
Antes
de que tuviera tiempo de responder, o siquiera analizar debidamente mi
comportamiento, escuché a la lejanía el ruido de una sirena de la policía.
Luego, la voz de Iris en la lejanía, hablando con alguien, aunque dudaba
seriamente de que ese alguien fuese Roberto.
―¡Caroline,
mamá! ―escuché mi nombre en la voz rota de Roberto, aunque pronto también mis
ojos se encontraron con sus brazos rodeándome, o más bien, rodeándonos. Él no
sólo me abrazaba a mí, también sostenía con fuerza a su madre.
Los
movimientos del pecho de él me confirmaron que también estaba llorando pese a
que no podía ver de manera clara su rostro. Cuando exhalé un gemido roto,
comprendí que yo también lo hacía. Mordí mis labios cuando me di cuenta que tan
cerca estuve de la muerte y al mismo tiempo, lo cerca que estuve de verlo a él
completamente destruido.
No
me di cuenta del momento en el que el ruido de las patrullas había cesado, sólo
me incorporé cuando escuché algunas pisadas, voces, ruidos y finalmente una voz
amenazante, fuerte, que en estos tiempos había aprendido a reconocer en una sola
persona.
―Di
Sttefano… ―exclamó ronco, pero sin llegar a gritar del todo el detective
Anthony Bennet―, por favor, le pido que por el momento se aleje de ella, porque...
―¡Es mi madre! ―gritó él, abrazándola protectoramente―. ¡No me pida que me aleje de ella!
―Roberto…
―susurré tratando de calmarlo. Aunque, ¿qué se supone qué debía hacer él? Estaba
entre la espada y la pared. No había algún buen lado en el cuál ponerse.
De
soslayó, miré a Iris hablando con uno de los oficiales que acompañaban al
detective. Se abrazaba a sí misma y tenía la cara de lágrimas secas. Asintió un
par de veces a las, seguramente, preguntas del oficial y después de unos minutos el mismo oficial se acercó a Bennet para susurrarle cosas.
―De
acuerdo, Di Sttefano ―dijo el detective―, no haremos nada pero necesito que nos
acompañes… mejor dicho, que todos ustedes nos acompañen a la comisaria. Se
hablará ahí de esto ―dictaminó sin dar pie a reclamos. La madre de Roberto
parecía ajena a todo, claramente sintiéndose bien y calmada en los brazos de
su hijo. Opté por acércame a Iris para abrazarla también. No sabía qué había
dicho para intervenir, pero le agradecía todo pese a que comprendía que le dolía lo
del profesor Vincent.
Durante
el camino en el automóvil de Iris, con dos patrullas adelante y una atrás, en
la cuál venían Roberto y su madre, todo permanecía en silencio. Era muy de
noche y apenas alcanzaba a ver algo más allá del vidrio. Gracias al reflejo,
mis ojos observaron las manos de Iris apretando con fuerza el volante.
―Yo…
tenía una relación con Vincent… ―confesó. Volteé a verla lentamente, preguntándome
si acaso había más que descubrir esta noche―. No conocía en absoluto sus planes
de matar a Roberto y a su padre. Acepto que sabía su odio hacia ellos por lo de Carla, pero… ―Negó
con la cabeza―. Juro que no te lo ocultaba Caroline, todo este tiempo, yo sólo
creí que era mejor dejarlo en silencio… pensé que tú lo sabrías todo, pero no
de esta manera. Cuando Carla me llamó… y supe que había muerto… no lo sé…
lloré, me angustie pero… no puedo justificar sus acciones, nada del terrible mal que hizo... pero también lo
comprendo… ¿Me entiendes, Caroline? ―Lloró
y me esforcé por no hacerlo también, suficientes lágrimas ya se estaban
derramando por hoy―. No odio a esa mujer… pero… ella… ella… lo mató. ¡Y él también se convirtió en un asesino!
Levanté
mi mano y coloqué la palma en su hombro. Iris me miró unos instantes, antes de
regresar la vista al camino. Estaba ausente, con la mirada triste. Le sonreí y
ella me respondió de la misma manera, negando con su cabeza.
―Vaya
nochecita… ―susurró en un débil intento de humor.
―Ni
que lo digas ―completé.
Cuando
estuvimos todos en la comisaria, imaginé con pesar que empezaba a acostumbrarme
a ese lugar. Durante los interrogatorios, las pláticas, el café caliente y los
brazos de mi madre que asustada había llegado, mantuve un gusto amargo. Roberto
todo ese tiempo permaneció callado, aunque permitió que lo abrazara.
Sabía
que todo estaba llegando a su fin y pedí porque fuese uno bueno.
***
Una
brisa de aire frío golpeó mi rostro con suavidad, casi como una caricia.
Contemplé a mi alrededor y sonreí inevitablemente; había tantos árboles y
tanto espacio abierto que fácilmente podría confundirse con un bosque, aunque
la fuente hecha de mármol y las mujeres vestidas de blanco, acompañado a
personas tomándolas del brazo o empujándolas en una silla de ruedas, me
recordaba donde estábamos: en un Centro de Salud Mental.
Pese
a ese nombre, que a primeras instancias no podía escucharse muy agradable, el
sitio sí lo era, además de que era ideal para la madre de Roberto, quien todo
este tiempo había temido a los espacios cerrados. El asesino de Lorenzo Di Sttefano
fue confirmado por ella: Vincent lo había efectuando; sin embargo esto no la libró del crimen que ella también cometió... pero claramente por el estado de salud en el que se
encontraba, en lugar de ser enviada a la cárcel por aquella tragedia,
primeramente se le considero enviarla a
otro centro más cerrado. Gracias al poder que recién había adquirido al
heredar el imperio de su padre, Roberto consiguió que fuese enviada a este
lugar.
Si
bien ella podrá salir hasta que sea tratada adecuadamente (se calculan algunos años de por medio), en
los seis meses que ha habitado este lugar no ha dado muestras de molestia.
Sonreí cuando vi a Roberto y a su madre sentados en una mesa lejana, tomados de
la mano y hablando. Me era difícil creer que ya había pasado medio año desde
aquella noche, donde esta mujer estuvo a punto de matarse.
Parpadeé
lentamente cuando madre e hijo me voltearon a ver. Me sonrojé intensamente
cuando comprendí que ya le había dado la noticia y con un gesto de la mano,
Roberto me invitó a acercarme con ellos. Mientras caminaba, pensé en mi amiga
Iris, quien durante este tiempo había estado algo deprimida por la muerte de
Vincent, culpable por no haber podido hacer algo con su odio pese a que estaba al tanto de ello; sin embargo, me llené de alegría cuando me di cuenta de que algo la
estaba empujando a salir adelante y era precisamente Víctor, el pequeño hijo de
Carla, al cual había adoptado como su querido sobrino y él parecía corresponderle
en ese cariño fraternal que sólo un bebé sabía dar.
Mientras
más me acercaba a Roberto y a su madre, me vi riendo cuando recordé el momento
en el que, con gran sorpresa y entusiasmo, descubrí que Michael y Carla empezaron
a salir juntos; Iris fue quien los había presentado y al parecer, ambos
congeniaron muy bien. También el pequeño Victor ahora crece con la protección
de su hermano mayor, Roberto. Eran buenas noticias. No pude imaginarme final más
feliz tanto para mi amiga, como para ellos, quien merecían felicidad después de
los todos nos vimos obligados a pasar.
Estiré
mi mano lentamente cuando Roberto alzó la suya. Me sonrió tiernamente y yo
asentí cuando él beso mi mano, específicamente el dedo en el que portaba un
anillo de compromiso.
―¡Me
da tanto gusto por ustedes! ―exclamó la mamá de Roberto, mirándonos a ambos con
esa ternura que sólo una madre podría ofrecer―. ¡Tienen que venir a visitarme
antes o después de la ceremonia! ¡Se los ordeno!
Reí
cuando me senté a un lado de Roberto. Él vestía formalmente, sabía que tenía
una reunión en la oficina después de esto.
―Aunque
Caroline no quiere que la boda sea pronto… ―dijo él, haciendo una mueca que nos
hizo reír a ambas, ya que contrastaba demasiado con la seriedad de su traje―.
Yo digo que en cuanto más pronto, mejor. El destino es el destino.
―Déjame
terminar primero mis estudios ―aclaré―, después piensas en todo lo que quieras.
―Mientras
tenga nietos, yo seré feliz… ―comentó su madre. Eso me hizo sonrojar
fuertemente al tiempo que Roberto se reía con descaro.
―¡Y
los tendrás mamá, los tendrás!
Aún
sigo sorprendida de cómo cambió mi vida aquella primera vez que vi a Roberto.
Creo que cuando dos personas están destinadas a encontrarse y compartir su
vida, se les ponen pruebas que deben aprender a enfrentar juntos. Sé que suena
cursi, pero aprendí eso estando con él. Es
algo misterioso, pero a la vez maravilloso. Es algo que no sólo sucede en la
ficción.
Se
dice que hay una misteriosa red que entrelaza a todas las personas para que sus
caminos se unan…
―Te
amo, Caroline… ―dijo Roberto, acariciándome el rostro. Yo sonreí, feliz de
poder decirle sin problemas, aquello que estaba alojado en mi corazón.
―Te
amo, Roberto.
…yo
le llamo el Hilo Rojo del Destino.
Hola preciosas!, muchas gracias por participar en este reto!, eres un amor!. Decirte k tu final es muy bonito y muy emotivo, pero... Sip, hay un pero, jejeje. Lamento decirte k te has liado un pokito... Resulta k la madre d Roberto no asesinó a Lorenzo, esas eran intenciones k tenía la mujer cuando salió del centro donde éste la encerró en contra d su voluntad para kitársela d en medio... Pero cuando llegó al piso del mismo, ya era demasiado tarde... Vicent se le adelantó, pues al enterarse d k ese hombre millonario era el verdadero padre d su sobrino Victor, decidió asesinarle x lo k le hizo a su hermana Carla... La madre d Roberto vio en los videos d seguridad antes d robarlos, kien fue el asesino k se le adelantó y escuchó la conversación k los dos hombres tuvieron antes d k Vicent se cargara a Lorenzo... Y en esa conversación fue cuando descubrió k Vicent confesaba k también mataría a Roberto. Por eso, la mujer decide localizar al profesor y cargárselo antes d k matara a su hijo... Por lo tanto, ése fue el único crimen k cometió la mujer.
ResponderEliminarEspero haberme explicado bien... Así k... K tal si modificas tu final y lo corriges y me lo vuelves a entregar?. Avísame cuando lo tengas listo, vale?. Gracias!!!
Un bs mi niña y lamento las molestías!, muak!!!
xD ¡Gracias por avisarme Dulce! Ahora mismo hago los cambios y lo vuelvo a mandar -3- siempre atenta con todo, cariño. ¡Gracias! *-*
EliminarFantástico!, ha kedado espectacular!. Muchas gracias x tomarte las molestias d corregirlo y modificarlo para entregarlo para k pueda participar en este reto. Espero k tengas suerte y tu final salga elejido. Eso lo veremos a lo largo d las semana k viene.
ResponderEliminarBueno perla, lo dicho, gracias x todo. K tengas un lindo Domingo!, muak!!!