Este relato fue creado para mi participación en la historia Entrelazada, organizada por el Foro de Adictos a la Escritura. Espero haber hecho un buen trabajo >:3! y seguir con la linea de acción que las fantásticas Escritoras han dejado. ¡Gracias! *-*! Besos de vainilla.
Dulces y Pesadillas
Eric había aprendido de una u otra forma a confiar en sus instintos y a cambio, estos en la mayoría de las veces no le fallaban y, en el momento en el que la voz de Arpro resonó en sus tímpanos con fuerza, supo que esa sensación amarga en la boca de su estómago no estaba del todo equivocada.
Por instinto, Eric dio un paso hacía atrás, mirando con atención a ese esclavo que en ningún momento le provocó confianza. Trataba de verlo completamente para que no lo tomara con guardia baja cuando aquel extraño resplandor en la frente capturó su atención. Era en realidad una marca extraña que no recordaba haber visto hasta…
―Mi señor… ―musitó esa voz ronca, demasiado para el joven cuerpo de Arpro, quien curveó sus labios en una sonrisa ladina que pronto se transformó en desquiciada―, creo que se ha tardado mucho en saber quién soy.
Mientras dejaba caer esas palabras, los pies de Arpro se arrastraban por el suelo, rompiendo hojas a su paso, sin sentir peso alguno por la neblina roja. Eric retrocedía sin saber que esto era precisamente lo que el esclavo de Luzbel quería: guiarlo hasta la Bestia de la Epidemia para hacerla enfurecer, y así lo devorara sin más miramientos.