Proyecto de Enero. Sensaciones.

¡Buenas! nwn Aquí estoy, presentando mi proyecto de Enero para Adictos a la Escritura.  o.O Esta ocasión quise escoger a "Una arma" para narrar desde su punto de vista xD

¡Muchas gracias *-*!

Aquella extraña noche

Por:

PukitChan

No hay mucho que pueda relatar porque aunque pudiera hacerlo, probablemente no me creerían en absoluto: es como un peso extra con el que tengo cargar día con día.

Los humanos se odian a sí mismos pero hacen lo posible por ocultar aquel extraño sentimiento que surge en sus corazones o, como es mi caso, lo desvían hacía algo improbable, algo que no creen que tiene conciencia, algo que no siente y por lo tanto, pueden dirigir todos sus rencores y así avanzar sin cargar con la culpa de haber herido algo… aun más.

No los culpo por ello, pues yo sólo soy uno de los tantos resultados de sus necesidades. Todos las tenemos, pero las de los humanos son tan vagas e irónicamente innecesarias que al intentar satisfacerse, terminan creando cosas que acaban hiriendo.

Y no es que hiera por gusto, porque yo no lo hago sola. ¿Qué haría si por mi fuera? A decir verdad, es algo que apenas estoy meditando realmente. Quizás jalaría de mi misma para poder observar hasta dónde puedo llegar en el cielo con aquella parte que se desprende de mí y así admirar su grandeza azul.

Tal vez dispararía las balas para romper las olas del mar y dejarme cautivar por la grandeza de éste. Después de tanto tiempo de ser usada para matar, se le puede tomar al sólo acto una mera repulsión.

Es bastante curioso, ¿no?

Mientras yo estoy tomándole asco a lo que hago, las manos que me tocan y jalan de mi gatillo, cada día lo hacen con más ahínco y empeño que el anterior. Siempre veo una sonrisa más extensa y divertida.

Yo odiándolo y el humano amándolo.

Le llaman matar.

Es cierto. El objetivo principal que tengo es disparar, pero eso no significa que por ello los demás tengan que morir. La verdad es que aunque me miren celosamente y sea buscada e implicada como el arma asesina, ciertamente yo no soy quien lo hace. Alguien debe impulsarme a hacerlo.

Siempre hay alguien que está dispuesto a jalar del gatillo.

Éste es el cuarto humano con el estoy. Últimamente he pasado de mano en mano, guardada, arrinconada, escondida entre el polvo para finalmente salir a la luz con un solo objetivo, cruel y sangriento.

Sin embargo, en estos  tiempos me he dado cuenta de que el humano que me porta es diferente, pues a diferencia de otros, sólo pone una bala en mí, en lugar de las habituales seis. Luego de prepararme, me coloca en su sien… y jala.

Nada pasa.

Él sonríe ampliamente, celebrándole a su suerte. Me da pena su desdicha cuando, vuelve a hacerlo y al igual del primer disparo, nada es lo que sucede.  

Son seis veces… sólo necesitas cinco golpes de buena suerte.

No creo en la buena suerte, porque siento como gira mi interior y la bala que está lista para salir. Cuando toque el golpe, saldrá disparada a toda velocidad y entonces me pregunto qué ocurrirá. ¿Este humano lo celebrará también?

Cuatro tiros… no pasa nada. Sólo uno más, el más peligroso y también el que lleva al corazón a limites insospechados de su palpitar. Adrenalina pura.

El gatillo es jalado, la rueda girando cada vez más rápido. Es un giro hipnótico al igual que el sonido metálico dentro de mí.  Segundos, instantes en los que todo pasa velozmente mientras la mano que me sostiene tiembla. Un jadeo profundo se escucha, para luego sentir cómo la ausencia de aliento llega…

―¡Esto es lo máximo! ―grita el humano lleno de júbilo. De sus cinco tiros posibles, los cinco han fallado, ninguno ha accionado la bala…

…pero ha sido sólo esta noche.

Le llaman el juego de la ruleta rusa.

…no sé si mañana pueda estar sin escupir esta bala.

***