¡Buenas noches, Adictos! ^-^ ¿Cómo están este mes, donde los reportajes del barco que se hundió hace 100 años están a la orden del día? ò.ó Espero que genial *3*
Por mi parte, y cumpliendo 99 años menos, xD, quiero decir que este mes, cumplo mi Primer año formando parte del grupo Adictos a la Escritura, sin haber faltado en este lapso de tiempo, a ningún proyecto mensual. *0*
Ha sido genial formar parte de este proyecto que me ha hecho mejorar en muchas maneras y crecer en el área de la escritura. ¡Muchas gracias! -3-!!!
Y ahora o.Ó! el proyecto de este mes, tenía que ser algo relacionado al mítico barco Titanic. Después de unos días peleandome con este trabajo, decidí finalmente sobre qué estaría relacionado. Así que goooooooooooooooooo!
Sin importancia
Por:
PukitChan
Decisiones.
La vida está llena de ellas, y sin importar cuántas veces intente recordarlo,
no podría llegar a la primera de todas éstas que me llevaron finalmente a donde
me encuentro ahora. Después de todo, Francia no parece tan interesante cuando
frente a tus ojos existe la posibilidad de ver un barco que sin duda alguna,
haría historia.
El
RMS Titanic. Sin duda era el más adecuado para una obra de su tamaño. Uno de
los barcos más grandes de la época.
Elecciones.
Siempre están presentes a cada segundo de la vida. Mientras paseo por la
cubierta A, de uso exclusivo para la primera clase, recuerdo el momento en el
que recibí, días atrás, la visita de aquel viejo conocido que desea intercambiar
boletos conmigo. Accedí por supuesto y ahora él estará disfrutando de las
maravillas de París.
Yo,
en cambio, camino lenta y elegantemente, inclinando mi cabeza para saludar cortés
ante todo aquel me da los buenos días. He sido afortunado y mi atrevimiento al
escoger me han hecho único, tan único como lo soy ahora en este barco que,
aunque es inmenso, sólo podría albergar a alguien como yo.
Tengo
una maravillosa historia que contar a mi esposa y sin duda ésta no tardará en
emocionarse, en disfrutar de estos grandes privilegios. Cuando vuelva, le diré
a mi señora madre que aquella postal no sólo era una broma, sino una realidad.
Ambas querrán escucharme por horas, impresionadas por mi habilidad y mi sabia
decisión. Y sin duda alguna mis hijos comentaran con sus amigos esta aventura
que ha tenido su padre, sintiéndose orgullosos de mi.
Al
regresar a mi camarote, sentí la noche helada que cubre aquellas aguas marinas
acompañando a la melodía suave que toca la banda de música, misma que nos
acompaña siempre a la hora de las comidas con tonadas animadas. Esta vez, sin
embargo, tuve un ligero presentimiento de melancolía en el ambiente que se iba
haciendo más intenso mientras la temperatura descendía, ambas sincronizadas,
pero alejadas.
Cuando
apagué la luz, para luego recostarme en la cama previamente preparada, habiendo
decidido que tal vez no debería quedarme a tomar más champagne, no imaginaba lo
que sucedería horas más tarde.
Un
temblor leve removió mi cama. Al inicio creí que era el movimiento de las aguas
del mar, que por unos instantes se habían agitado más de la cuenta, por lo que
decidí ignorarlo en mi descanso hasta que, poco tiempo después, despertado
completamente por un arrítmico pero insistente golpe en mi puerta, descubrí que
no había sido lo que imaginé.
―Lamento
molestarlo. El capitán ha pedido que todos los pasajeros salgan con sus
chalecos salvavidas a la cubierta. Sugiero también algo abrigador, señor.
Aunque
el muchacho que vestía de blanco decía con voz firme las instrucciones para
alguien como yo, que estaba desubicado, pude ver el temor en sus ojos que me incitó
a obedecerlo. Elegí salir ante una fría
realidad que iba desmoronando poco a poco la fachada indestructible del
Titanic.
A
mi alrededor sólo había confusión y temor, junto con luces brillantes que
lanzaban desde el barco. ¿Algo ocurría? No entendía nada, ni comprendía qué
pasaba, sólo divisaba que los trabajadores estaban nerviosos, se movían y
alguien más allá gritaba ordenes cerca de los botes salvavidas.
―¡Este
barco se hundirá! ―gritó alguien, y aunque no divisé quién, su voz heló mi
sangre como el viento mi rostro. El caos pareció ir en efecto dominó, el terror
apoderándose lentamente de uno para hacer que todos cayéramos. Gritos, llantos
y pidiendo que se acercaran y subieran cuidadosamente a los botes.
―¡Señor!
―gritó alguien, tomándome del brazo. Reaccioné. No sabía qué había pasado, ya
que parecía que el terror me había cegado unos momentos. Observé al hombre que
me sujetaba, para finalmente jalarme mientras empujaba a la gente que gritaba
formando una histeria colectiva ante el barco que ahora se inclinaba hacía un
solo lado.
―¡Suba!
―ordenó un oficial, tendiéndome la mano para que yo subiera al bote número
once, donde aún no había tanto pánico, pero sí mirando cómo hombres como yo,
eran resguardados, seguramente por un cargo importante que ejercían.
Tener
la firmeza de lo que he elegido. Sentía el palpitar de mi corazón, el delirio
de mi alrededor, la ausencia de mi conciencia… hasta que ella me miró. No sabía
quién era, jamás la había visto, pero noté un color de ojos similares a los de
mi esposa y dos de mis hijos. Ella lloraba, suplicando que la dejaran subir a este
bote para poder volver a ver a su familia, pero los oficiales la empujaban, negándole
el paso. Nuestras miradas se cruzaron unos instantes y entonces lo supe.
Era
el momento de elegir. Tomé valentía, y salí de éste, cediéndole mi lugar. Todos
me miraron como si hubiera enloquecido, pero no importaba, había tomado
decisiones antes, y ahora también había escogido. Me incliné antes de que el
bote se fuera, para pedirle a esa dama de ojos aterrados pero hermosos un
último favor. Ella me miró confundida entre sus lágrimas, pero supe que me
había comprendido. Y mientras el bote se alejaba y ella me dedicaba una sonrisa
de arrepentimiento y yo una de tristeza, me encontré irónicamente preguntado, qué
hubiera pasado si aquella tarde no hubiera escogido este boleto que me trajo a mi
muerte. Pensé que esa decisión, ya carecía ahora de importancia.
Respiré
el oxigeno helado que congeló mis pulmones. En mi vida había tomado muchas
decisiones y quizás la más importante de todas, era justamente ésta…
…Había
decidido, que era mi hora de morir.
***
Esta
historia, no pretende insultar a nadie. Fue inspirada, y a su vez tomada como un pequeño y breve homenaje a
Manuel Uruchurtu Ramírez, el único pasajero mexicano que abordó y falleció en
el hundimiento del Titanic, el 15 de abril de 1912.
“Manuel
Uruchurtu fue el único mexicano que estuvo en el Titanic. Cuando el bote
salvavidas Nº 11 estaba a punto de descender, notó a una pasajera, Elizabeth
Ramell, que le rogaba al oficial a su mando que le permitiese abordarlo, ya que
su esposo y su hijo le esperaban en Nueva York. Al negársele aquella
posibilidad, Uruturchu le cedió su puesto, no sin antes pedirle que visitara a
su esposa, en Xalapa, Veracruz, México. Así lo hizo en 1924, aunque se
comprobaría más tarde, que Ramell no tuvo jamás un esposo o un hijo.”
Me ha encantado tu relato, PukitChan... Me ha dejado helada leer lo que realmente pasó (aunque cuando estaba leyendo tu relato presentí algo así...). Realmente un gesto muy noble el de ese hombre, que cambió su vida por la de otra persona, aunque ésta al final hubiera mentido para salvarse... u.u
ResponderEliminarSólo tengo que comentar que se te han ido algunas tildes de lugar (en algún tiempo verbal y en alguna palabra que cambia de significado).
En general, creo que con este proyecto me esperan muchos lagrimones, y ya he empezado con el tuyo =(
Buen trabajo, por supuesto ^-^
¡Un saludín!
Gracias por leerlo, en realidad en cuánto leí esta información, estaba ansiosa por compartir un poco de ello nwn.
EliminarGracias por comentarme de los errores, anotado para la corrección. ;)
Y perdón por los lagrimones u.u!!
Saludos, besos -3-
Relato estremecedor. Aquí en España también salió la noticia de un hombre de 22 años que bajo del bote dejando a su recién esposa para dejar su puesto a una mujer de tercera clase y a su hijo pequeño. Comentarte como Elisa que falta algún acento y donde pone " debería quedarme tomar mas champagne" falta una "a" entre quedarme y tomar, pero son errores menores... Bueno en definitiva muy buen relato, felicidades.
ResponderEliminarUfff muy bueno y estremecedor...
ResponderEliminarRelatado de manera exquisota y muy lindo homenaje a un hombre noble que fue engañado por alguien que solo.pensó en si misma. Es increíble como puede reaccionar el ser humano ante momentos de panico
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el relato. Lo único que te diría es que chequearas algunos errores de tiempo y el uso incorrecto de algunas palabras, para que quede más lindo aún. Saludos :)
ResponderEliminarOtro buen relato que nos cuenta una faceta nueva de la historia de este acontecimiento. Gracias por compartir!!
ResponderEliminarBesos
Sin duda es cierto eso de que ante situaciones extremas es que salen a la luz las verdaderas naturalezas de las personas. Aquí un hombre honorable cedió su vida y su felicidad familiar por una mujer que sin duda no lo merecía. Cuántas historias más así habrán, y cuántas no conoceremos nunca!!
ResponderEliminarNo agrego nada más a lo que ya te han dicho las compañeras, excepto que me gustó el relato.
Besos!
Increíble la historia en la que te has basado, y me encanta el inicio de tu relato: Decisiones. Es increíble como una simple decisión, de esas que tomamos a diario, puede tener unas consecuencias tan tremendas. Y como ha dicho Maga, cuantas historias que no conoceremos. Besos
ResponderEliminarMuy sentida y muy bonita historia. Escribes increíblemente bien y transmites maravillosamente la tensión del momento. Este relato va sobre el Titanic pero sobre todo trata sobre las decisiones, acertadas o erradas. En mi modesta opinión este Señor acertó en su decisión. Me gustó mucho tu relato.
ResponderEliminarEs muy triste saber que pasó realmente algo parecido, y que encima la mujer hubiera mentido tan descaradamente. Genial relato
ResponderEliminarEs precioso el proyecto y el relato.
ResponderEliminarUna historia sin duda triste pero real.
Un beso nena
bonita historia. la grandeza humana que a veces si existe.
ResponderEliminarTu manera de llevarla engancha.
Bueno, me ha gusta mucho mucho tu historia. Es triste, sí, pero la verdad es que me ha dejado un regusto dulce, como cuando bebes un licor fuerte pero luego, al humedecerte los labios, solo sientes el sabor afrutado y no el fuego que te abrasó la garganta. Real o no, acertase o no, tu historia y la decisión que el protagonista toma en ella es un hálito de esperanza que promueve la fe en el ser humano.
ResponderEliminarQue puedas transmitir esperanza a partir de una tragedia tan mosntruosa es prueba de lo buena que eres con las palabras, creo yo.
En otras palabras, te seguiré la pista con interés
Hola que talme has dejado atrapada con muchas emociones, simplemente eso.
ResponderEliminarPor otro lado paso a responder tu comentario sobre mi trabajo agradeciendo tu tiempo y tu punto de vista expuesto ademas de disculparme por que cometi un eeror en el orden y ya lo he corregido, por eso costo captar el recorrido final de la historia asi que te dejo el link por si gustas releerlo, gracias nuevamente. Besos. Hsata pronto.
http://la-notablanca.blogspot.mx/
¿Vaya perla, no, la mujer?
ResponderEliminarPero fíjate cuánta información hemos encontrado.... Y nada que tenga que ver con la película jajaja....Al menos, no con esa historia que cuentan.... Ha sido maravilloso leerte y no sé si te habrán dicho, pero creo que se te ha ido el dedo en dos frases, que al menos, a mí me suenan raro =S "mi atrevimiento al escoger me han hecho único"
ResponderEliminar"me encontré irónicamente preguntado" y qué triste historia la este mexicano =(
Me ha encantado tu relato. La manera en la que lo has escrito me transporta a la fatídica madrugada cuando el Titanic se hundió, pero no del modo en el que me imagino el terror y el caos, sino la calma de un caballero ante un momento de pánico. *o*
ResponderEliminarSolo una observación, de repente te faltaron algunas comas. ^^
¿Qué sería lo que pensó el hombre que se quedó en París cuando se enterase que se había hundido y que se había salvado por una simple decisión?
ResponderEliminarMe recordó sin darme cuenta a la peli cuando Jack consigue el pasaje o aquel oficial que de verdad fue relegado de su cargo y apartado de la tripulación antes de zarpar. ¿Qué pensarían ellos que se quedaron en tierra?
Muy bueno y más al haber sido un hombre real que merece recordarle xD. ¡Un beso!
Querida, necesito tu opinión sobre esto:
ResponderEliminarhttp://elclubdelasescritoras.blogspot.com.es/2012/04/que-tal-si-importante.html
¡Gracias por tu tiempo!
Saludos y besos, muak!
Pd: Muy buen relato querida, me ha impactado bastante, sobre todo cuando leí el pie de página y comprobé, que, en cierto modo, había pasado en realidad algo similar... Ah!, y vaya con la chica!, había mentido la jodía! >.<
El final se veía venir, pero claro, con esto del Titanic ya se sabe jajaja.
ResponderEliminarMuy bueno lo de la toma de decisiones y cómo afectan a el destino.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPukitChan: Muy bueno tu escrito ponderando a nuestro compatriota.
ResponderEliminarTal vez este chico tenía familiares de apellido Uruchurtu, pues tuvimos un regente de la Ciudad de México llamado Ernesto Uruchurtu. Por cierto gracias a su mandato, la Ciudad se embelleció, pues la llenó de flores, camellones y glorietas.
Un pequeño apunte: Creo que no se dice " tomé valentía", sino "tomé valor"
Un besito: Doña Ku